martes, 29 de marzo de 2016

Alegría



Es como un motor que se alimenta de emociones y experiencias, que sabe que la vida dura un suspiro y la apatía duele más que el propio sufrimiento. De una gran cilindrada, éste es capaz de desarrollar un torrente de sensaciones de una minúscula vivencia. 


Como tras una avalancha, su intensidad puede incapacitarla momentáneamente, como si miles de voces susurraran al unísono sus diferentes opiniones acerca de ello. Tener un corazón de gran tamaño le oprime los pulmones cuando bombea con mayor vigor, cuando necesita cada molécula de oxígeno que contiene su entorno.


Usa como brújula el instinto, es lo suficientemente sensata como para utilizar el sentido común y trazarse una ruta, lo suficientemente valiente como para afrontar los obstáculos que se le presenten y no desfallecer, lo suficientemente idealista como para creer que existe algo más allá de la derrota y exigirse el máximo.


Es como un baúl que alberga sus recuerdos y sentimientos tras una inexpugnable cerradura, forrado de lija externamente, tapizado de encarnado terciopelo en su interior. Si tratas de abrirlo por la fuerza te erosionarás las yemas de los dedos, dejarás tu piel y tu sangre sobre su superficie. Obtener su llave es un privilegio, aprendió hace tiempo que su esencia tiene valor, que su atención no se regala. Que su transparencia no es gratuita.


Cuesta mucho ganarse su confianza, pero si traspasas esa barrera todo cambia. Para ella, la amistad es un punto de no retorno, el regalo que concede tras haber coronado su cima. Por ello es capaz de entregar su alma por la de cualquiera que estime, siendo leal y sacrificada cuando se requiere su ayuda. 


En contraste, nunca te pedirá apoyo cuando lo necesite, ya que la prioridad es salir de ello por sus propios medios. Independiente, maniática y metódica, exige poner su firma personal a cada acto que realiza, utilizar sólo los recursos y herramientas de su kit personalizado. Puede llegar a pecar por ello de orgullosa, ya que incluso en lo más profundo del pozo rechazará tu soga si cree que puede escalar.


Inquieta, precisa de estímulos constantes que rellenen cualquier pausa, la inactividad no es una opción. Disfruta de la actividad física, descarga ese exceso de vigor que posee por defecto. Coqueta, se preocupa por su aspecto potenciando su envoltura con elegancia y naturalidad, plasmando en su mitad izquierda cromáticos mensajes hipodérmicos que completan su autoimagen.


Tiene el Gen de la Rebeldía, del disidente, de aquel que no se somete y se opone a la hipocresía y la intolerancia. Se muestra desafiante ante sociópatas e imbéciles, denuncia públicamente que el honor, la fraternidad y el respeto son una obligación como ciudadano. Que ser honesto importa.


Llama la atención su sonrisa, llena de confianza y amplitud. Certifica su actitud alegre, ya que no hay desgracia incapaz de ser invertida con imaginación, ingenio y coraje. Deja claro su mensaje: “No he nacido para sufrir gratuitamente”. Objetiva con sus actos, se guía por dogmas morales muy concretos: Integridad, Justicia y Esfuerzo. 


Nunca recurre a la mentira, elegirá el silencio o te ignorará antes que faltar a la verdad. Le resultaría fácil engañar ya que es capaz de ser buena actriz, pero nunca lograría obviarse a sí misma el embuste. O se exhibe tal y como es… o no se expone en absoluto.


Es de puño izquierdo en alto, sueña con una sociedad más honrada y pulcra, que no esconda a sus víctimas bajo la alfombra. Una donde todos tengamos las mismas oportunidades, donde la dignidad existencial sea un derecho fundamental y no un beneficio exclusivo de la Élite. No es cuestión de caridad sino de solidaridad.


Trabajadora, desconfía de la idea de talento frente al entrenamiento, siendo la práctica el camino más corto hacia la excelencia. Es constante y paciente, conocedora del hecho de que, para construir un muro resistente, hay que aprender a colocar correctamente cada ladrillo.


Atesora una visión realista, capaz de vislumbrar esa aburrida escala de grises que envuelve el mundo. Lejos de resignarse, se vuelca obsesivamente en colorear lo que le rodea para exponer una nueva verdad, que lo utópico ya es posible desde el momento en que decides luchar por ello.


Espiritual y mágica pero no religiosa, no etiqueta su misticismo bajo ninguna doctrina concreta, disfruta mucho más mezclando sus conceptos, dejándose hechizar por todo sin adoptar nada. Cree en la Luz de la Ciencia, pero también bucea en las oscuras lagunas de ésta.


Percibe la Naturaleza como un Todo, una red global de energía donde cada ser está interconectado y depende de los demás. Ama los animales, les coloca a la altura humana y cuida de los suyos como si hubieran surgido de sus entrañas. Muy empática, el sufrimiento se le atora en el espíritu cuando ve a alguna criatura cándida soportar un calvario.


Peculiar, dispar y “loca”, no se condiciona por la crítica aunque pueda resultarle inmerecida, desproporcionada o carente de compasión. Nadie comprende todos los matices que deposita en su mente soñadora, ni nadie tiene que vestirse con su misma piel. 



Ella tiene sus manos en el timón, ella es quien dirige su nave.




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viernes, 25 de marzo de 2016

Disparando Indiscriminadamente


Odio a los mentirosos
, porque creen que diciendo lo que no es todo mutará hacia su perspectiva manipulada. Colocan trabas a la objetividad sirviéndose de la falacia, y a menudo lo consiguen, ya que sólo hace falta sembrar una duda para que crezca un árbol lleno de desconfianza. 



Si se planta más de una, la realidad precipita con certeza en la entropía.


Odio a los hipócritas, porque exigen a los demás que den lo máximo de sí mismos pero son laxos con su propia ética. Se aprovechan de las situaciones a posteriori, eligiendo sus juicios de valor dependiendo de en qué lado de la línea estén. 


Si la cruzaron, se defenderán. Si la cruzaste, te crucificarán.


Odio a los fotófagos, porque engullen la luz de los demás sin importarles un ápice el sino de quien parasitan. Nadie es omnipotente, todos necesitamos alimentarnos de cariño y atención, pero si no hay retroalimentación acaba resultando un simple saqueo, un acto de pillaje. 

Una violación a la vitalidad.


Odio a los egoístas, porque nunca quieren pararse a pensar que el mundo no gira alrededor de ellos. Guardan celosamente todo aquello que podrían entregar al resto pero que prefieren conservar para sí mismos, sumergiéndose en un autismo narcisista voluntario. 

No saben cómo liberar el ombligo.


Odio a los cobardes, porque se aferran a la zona de confort para nunca ir más allá. Se resignan ante el fracaso, asumiendo que "los valientes" pelean al no experimentar miedo, engañándose para no aceptar que todos poseemos rincones sombríos en nuestras almas. 


Ser audaz es lidiar con tu propia oscuridad.


Odio a los amantes silenciosos, porque sus vidas serían diferentes si desarmaran de una vez sus temores. Es mejor estar solo que mal acompañado, pero también es mejor estar bien acompañado que solo. Y la vida es tan corta como una exhalación, no espera por nadie. 

Ya no está de moda el sacrificio sentimental.




Odio el amor, porque todas te aprecian pero ninguna te entrega su corazón, aún palpitando entre sus manos, aunque a ti sí que te lo exijan. Siempre acaba sabiéndome agridulce al ser mas cómodo recibir que dar, al hundir una señal de "Entrada Prohibida" que sólo inhabilita su trayectoria hacia mí. 


Soy fácil de querer y difícil de amar.


Os odio a todos, porque estáis inacabados y no os importa un bledo. Atesoraba un frasco repleto de fe en vosotros, ahora escondo vuestros cristales bajo mi alfombra mientras me pregunto "¿cómo puede evaporarse tan rápido la esperanza?". La única respuesta posible es:


"Sólo puedes odiar aquello que una vez amaste".


Y por eso también me odio a mi mismo, porque no importa cuanto me esfuerce, en algún momento erraré y pecaré como todos. La perfección es una utopía más, nunca estaré completo, nunca seré libre. Sólo hay una manera de contrarrestar esta revelación que clama mi autodestrucción. Un nuevo mantra para pelear al menos por nuestra salvación:


"Nunca me amaré tanto como yo te amo".




PD: También odio a Instagram, cuya política sexista va a permitir que yo pueda colgar esta foto sin ponerme ninguna pega mientras a cualquier mujer se la borraría instantáneamente.



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lunes, 21 de marzo de 2016

Diario de un Cautivo


Querido Diario: Hoy ha sido, con diferencia, el peor día de todo mi cautiverio. 


Cuando he abierto los ojos, me he encontrado al más delgado de mis guardias ahí plantado, junto a los barrotes de mi jaula. Estaba observándome con una expresión de gozo que me perturbó al instante. Lo percibió, esbozó una sonrisa aún más amplia, se acercó a mí y comenzó a manosearme. 


Ya he aprendido a dejarme llevar en momentos así, sé que si grito y trato de defenderme el castigo será peor. Se aferrará con más fuerza a mi cuerpo, me zarandeará hasta que me de por vencido. Cuanto menos resistencia pongo antes acaba el suplicio. Ni siquiera tiemblo ya cuando sus manos rozan mis genitales.


Poseen tal superioridad frente a mí, tanto intelectual como físicamente, que mi huída de aquí es toda una utopía. No soy capaz de descifrar su tecnología, y si no fuera así, tampoco dispongo del tiempo suficiente para adquirir el grado de destreza que ellos exhiben. 


Sus complexiones son inmensas, más de diez veces mi volumen. Auténticas moles que se desplazan a velocidades de vértigo, con una gracia en sus movimientos que hace sonrojar mi torpe evolución. Son tan poderosos como la Naturaleza misma, y yo no. Son dueños de mi Destino.


Me frustra mucho que usen un galimatías cuando se comunican conmigo. Entre ellos, utilizan un lenguaje de tono grave, pausado, dispar y dinámico, pero a mí me toca una especie de jerga que se torna aguda, apresurada, repetitiva y monolítica. ¿Seré digno en un futuro para poder interactuar con ellos en el complejo argot de la casta? La barrera idiomática sigue siendo infranqueable… ¿cómo voy a negociar mi libertad entonces?


Sueño con escapar, más aún cuando mis carceleros han llevado hoy mi mortificación a un nuevo nivel. En vez de los coloridos trajes de presidiario que me suministran aleatoriamente para tapar mis vergüenzas, me vistieron con una túnica albina, llena de ridículos bordados que no hicieron más que agigantar la vejación a la que sería sometido.


Se reunieron con el resto de su clan en un extraño lugar, donde imágenes de cadáveres decoraban los muros. Me postraron frente a un hechicero, de ostentosa indumentaria y discurso gestual caótico, que oscilaba violentamente entre la cólera y la docilidad. Cuando acabó su monólogo, se dirigió hacia mí, me agarró y me torturó. Aún me sobrecoge el líquido recuerdo de la asfixia, de las zarpas de ese anciano sumergiendo mi cabeza bajo el agua sin piedad.


No supe si aquello era un interrogatorio o una ejecución, pero supliqué por mi vida como nunca, una auténtica reacción visceral y honesta. Lloré, pataleé… no me contuve con mi plegaria. Todos rompieron en carcajadas, complacidos con mi sufrimiento. Degradarme parecía ser lo único que motivaba a toda ese jodida raza de monstruos al completo.


Y es que todos querían su momento y todos lo tuvieron. Festejaron durante horas su dominio delante de mis narices, llenando su insaciable apetito con los más variados manjares, mientras a mí me forzaron a tragar esa mierda homogénea con la que nos alimentan a los esclavos. Sus alientos pútridos cerca de mí me daban náuseas, pero sólo era capaz de titubear debido al pánico.  


Tanta angustia sentí… que caí exhausto en un profundo sueño. Acabo de despertar, estoy de vuelta en la oscuridad de mi celda y los dos guardias están dormidos. Aún sigo confuso, pero ahora es el momento perfecto para procesar todo esto, para encontrar una salida fuera de aquí.




El primer paso será descubrir qué significa eso de “Bautizo”, se lo he oído pronunciar a todos ellos.


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Por si no has descubierto quién (o qué) es el prisionero, por si te ha parecido un Relato caótico y sin sentido... te doy la clave para entenderlo: 


El prisionero es un bebé.


Ahora, reléelo y todo cobrará sentido. Puede que esta vez hasta te rías.




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domingo, 13 de marzo de 2016

Lienzo en Blanco



Justo cuando Amber detuvo el motor de su ostentoso deportivo italiano en el aparcamiento del “Dark Dreams”, la voz temblorosa de April se apresuró a dejar patente el nerviosismo que, en ese mismo instante, la dominaba.


“- Oye, no estoy muy segura de esto.”


“- Pero joder… ¿no lo habíamos hablado ya?.”


“- Sí, pero no creo que esto esté bien… sabes que yo no soy ese tipo de persona, siempre he defendido que…”


“- ¿Otra vez me vas a soltar todo el rollo?. Pero mira que eres mojigata. Nos conocemos desde la Universidad, y no recuerdo una sola vez que hicieras algo que quisieras sin que se te tuviera que llevar a rastras.”


“- Te he dicho mil veces que no soy una mojigata. Simplemente tengo mis dudas…”


“- ¿Es por Jim? Precisamente estamos aquí por él, para quitarte de la cabeza lo que te ha hecho ese hijo de puta.”


“- Ya, si esa parte la tengo clara… más o menos. Pero para mi no deja de ser como si le engañara, o como si me engañara a mi misma, en cierto modo.”


“- Te recuerdo que se folló a su secretaria, menudo tópico además. Que cuando le descubriste, encima te echó en cara que lo hizo porque le tenías desatendido, cuando has sido su perrito faldero durante todo vuestro matrimonio. Y, para rematar, quien se tuvo que ir de casa a un puto motel fuiste tú.”


“- Bueno, pero yo le sigo queriendo…”


“- Mojigata, cobarde y sumisa. Eso eres.”


“- Que no me llames mojigata, joder!.”


“- Pues compórtate como una mujer libre, valiente y poderosa… y entremos de una vez. Para eso estamos aquí, para que sueltes toda esa tensión. Te aseguro que saldrás como nueva, hecha toda una campeona. Créeme, Lienzo es fantástico, no encontrarás a nadie igual que él.”


“- … “


“- ¿Ese silencio es un sí?.”


“- De acuerdo… entremos.”


“- !Ésta es mi zorra! No te vas a arrepentir… ¿Has visto todas las luces que tiene este sitio? !Esto es un parque de atracciones para adultos, y te vas a montar en la montaña rusa más fabulosa que existe!.”


April esbozó una tímida sonrisa, de ésas que reflejan la excitación ante un gran evento vital, y asintió con la cabeza. Juntas, salieron del coche y se dirigieron hacia la entrada del club de alterne. 


“Dark Dreams” era una construcción imponente, un edificio de cuatro plantas de estilo victoriano que inspiraba un elegante misterio a pesar de lo extravagante de su iluminación. Sus amplios ventanales, los detalles esculpidos a mano de su fachada y su afilada torre central dejaban claro que aquel lugar no era como los demás prostíbulos de la zona.


El portero, un africano de largas rastas de dos metros de altura por dos de anchura, reconoció a Amber inmediatamente y les deseó a ambas una feliz velada mientras les abría la puerta. Amber le mandó recuerdos a “su señora”, un detalle que sorprendió a April. Le había dicho que solía venir de vez en cuando… pero parecía ser alguien más que habitual en el lugar.


El largo pasillo de rojas paredes aterciopeladas que les llevaba a la “Sala de Espera” se le hizo interminable a April. Durante el trayecto, miró con vergüenza algunas de las fotografías en blanco y negro que llenaban los espacios vacíos de esos muros carmesí. Hombres y mujeres vestidos de cuero, atados y amordazados… unos siendo golpeados, otros infligiendo dolor. Todos ellos con las sonrisas más amplias que vio jamás. 


Al traspasar la cortina que separaba ambas estancias, April se sorprendió enormemente. Siendo su primera vez allí, se había imaginado algo más sórdido, lleno de yonkis y maleantes. En cambio, se encontró con que todos los clientes iban impolutos, ellos con esmoquin y ellas con vestidos de noche oscuros. Aquello parecía más una boda que un burdel, aunque entendió por qué había insistido tanto Amber con la indumentaria que ambas llevaban.


El recinto tenía una decoración lujosa, con sofás Chesterfield negros que contrastaban con el mármol de Carrara de las mesas y la barra. Nuevamente, las paredes estaban cubiertas de aquel terciopelo bermellón intenso. Todo allí era negro, blanco o rojo.


Un joven musculado, perfectamente depilado y ataviado sólo con un slip bruno con tachuelas metálicas se les acercó, saludó a Amber con un beso en la mano derecha y les comunicó que deberían esperar unos minutos, ya que Lienzo estaba descansando de su sesión anterior. Les entregó dos copas de Möet & Chandon Brut Imperial, lo único que se servía allí, y les acompañó a sus asientos.


“- Madre mía, Amber… !qué hombre! Espero que Lienzo esté tan bueno como éste tío.”


“- Ya te he explicado que lo bueno de Lienzo no es su apariencia, sino lo que es capaz de hacer… o dejarse hacer, mejor dicho. Tú no necesitas un polvo con un cuerpo bonito, necesitas una experiencia que te abra los ojos en cuanto a la vida. Y Lienzo consigue que tus sueños se hagan realidad. De su habitación saldrá una nueva April, una que nunca más se dejará pisar.”


“- Ojalá sea así. Esto es un mundo nuevo para mí, por mucho que me hayas contado tu experiencia con él… no me parece algo posible, es casi como fantástico, como un cuento de hadas. ¿Superar toda mi mierda personal en una sola sesión? No se… de lo que hablas es magia.”


“- No se cómo lo hace, pero lo consigue… lo he visto con mis propios ojos, yo lo he hecho con él, lo he vivido. ¿Crees que me iba a gastar 5.000 dólares en esto si no supiera que te va a hacer el bien que te he prometido?.”


“¿5.000 dólares? ¿Estás loca? Creía que esto era más barato… No puedo aceptarlo, Amber.”


“Piensa que es el regalo más grande que te puedo hacer, y actualmente me sobra el dinero, te dije que ahora me va sobradamente bien. Desde que pasé por aquí por primera vez, no he dejado de ascender en mi empresa. ¿Creías que era algo casual?. Lo que hice con Lienzo ha sido la razón de ello. Y te confieso que yo también tuve una madrina entonces, mi tía Agnes fue quien me trajo y pagó por mí. Tómatelo como un ritual de iniciación, la primera es gratis y, en el futuro, cuando tengas tus propios recursos y seas la mujer poderosa que debes ser… traerás a otra mojigata aquí a sacarse los demonios fuera.”


“- ¿Tu tía Agnes? ¿En serio? Pero si tendrá como unos 70 años, ¿no?. Nunca lo hubiera imaginado…”


“- Para que veas que esto que vas a hacer es algo muy normal. Es mas… ¿no reconoces a nadie de aquel grupito de allí?.”


“- Madre mía… ¿es esa la alcaldesa? ¿pero qué hace aquí?.”


“- Y el que está a su lado es el fiscal general. Si ellos están aquí… ¿acaso hay algún problema en que estés tú?. Mientras seas discreta con lo que veas, nadie te molestará nunca a partir de ahora, te reconocerán como una igual. Esto es la Liga de Primera División, y ahora juegas con nosotros, April.”


“- Ya sólo con esto me siento más importante.”


“- Pues espera a probar a Lienzo…”


En ese momento, el muchacho de antes les interrumpió, avisándoles de que Lienzo ya estaba preparado. April se levantó, dio un sorbo interminable a la copa hasta no dejar una sola gota, suspiró profundamente y le siguió hasta el ascensor que formaba el núcleo central de la inmensa torre del edificio. 


Al entrar, pulsó el botón superior del cuadro de control, junto al que se podía leer “Habitación de Lienzo”. Mientras se cerraban las puertas, el chico le dijo:


“- Nos veremos en el otro lado, preciosa.”


April se quedó callada mientras se ponía colorada. Menos mal que ya no podía verla, ese chico le había gustado mucho, era tan atractivo, tan… alejado de lo que creía que alguien como ella se merecía. Durante unos segundos se olvidó de donde estaba y hacia donde iba, mientras fantaseaba con ese cuerpo escultural que le había llamado preciosa hace un instante, que la había ruborizado.


Imaginó que se acercaba a él y le besaba apasionadamente, que le metía la mano dentro de su minúsculo atuendo y le susurraba al oído “te voy a dejar seco”. Este pensamiento le estremeció todo el cuerpo, pero enseguida volvió a pensar que nadie como él desearía a alguien como ella. Sí, era un empleado de aquí, por eso le había piropeado, es parte del negocio.


Volvió a la realidad cuando el ascensor se detuvo bruscamente. Las puertas se abrieron, dio unos pasos adelante y se adentró en la sala. Tanto las paredes como el techo y el suelo eran de azulejo blanco, y en el centro de la estancia había un agujero que se asemejaba a un desagüe. Al fondo había dos portones, del de la derecha salió un hombre desnudo, de baja estatura y una complexión no muy atractiva, era un hombre muy convencional.


April no pudo ocultar su decepción al verle, esperaba una fachada algo más cautivadora que la que tenía delante. Lienzo sonrió, como si se hubiera percatado de la desilusión de April y fuera algo que ya hubiera previsto, y le comentó:


“- Tranquila, supongo que ya te han contado que mi punto fuerte no es el aspecto, sino no estarías aquí ante mí en mis aposentos. Si ya has llegado hasta aquí, te animo a que cumplas tus deseos. No obstante… ¿tienes alguna duda al respecto?.”


“- Creo que no, mi amiga Amber ya me ha explicado todo, aunque sea algo extraño e irreal asegura que tú podrás quitarme de encima todo el dolor y la rabia que llevo dentro, que me desharé de ese límite que me impide progresar, que hace que mi voz no sea escuchada. Odio sentirme así, verás, es que mi marido…”


“- Eh, eh… no hace falta que me cuentes tu historia, en el fondo es igual que la de todos los que pasáis por aquí… y es algo irrelevante. No necesito un por qué, sino que te quedes vacía de miedo y aflicción. No más excusas, no más justificaciones, no más palabras. No quiero oírte, sólo quiero verte hacer. Entra en la habitación de la derecha, escoge tu juguete y vuelve aquí a jugar conmigo, hasta que mi cuerpo no pueda aguantar más. Después, márchate por donde has venido. Ése es el trato, ¿de acuerdo?.”


“Sí, claro, como tú dig…”


“Te he dicho que no más palabras, asiente con la cabeza y comencemos de una vez.”


April se calló, esbozó una mueca pícara y se apresuró dentro del cuarto de los juguetes. Tras una breve deliberación, se decidió por un bate de baseball de aluminio. Le había recordado a Jim, a esas interminables veladas viendo a sus adorados New York Yankees en la televisión, en las que ella dejaba de existir, en las que cualquier mínimo comentario suyo era reprendido por él argumentando que le estaba impidiendo disfrutar del partido. Pues ahora ella iba a disfrutar esto, cada segundo de ello…


Salió corriendo en dirección a Lienzo y le asestó un duro golpe en la parte frontal del cráneo. Éste cayó al suelo, comenzando a sangrar profusamente de la laceración que le había provocado el impacto. Miró a los ojos a April desde el piso, soltó una carcajada y le espetó:


“- Así me gusta. !No te dejes nada dentro, chica!. !Acaba conmigo!”


April comenzó a gritar, hasta que las cuerdas vocales le ardieron como si hubiera bebido ácido. Sus brazos oscilaban violentamente arriba y abajo, esgrimiendo el bate como si de un mortal pincel se tratara, plasmando con cada salpicadura de sangre los trazos que daban forma a la ira que la había estado devorando por dentro. Mientras más se denostaba la figura de Lienzo, más excitada y poderosa se sentía.


Cada vez que oía el crujido de sus huesos se sentía más y más ligera, menos y menos culpable. Dejaba de sentirse una víctima para convertirse en un verdugo. Abandonaba su condición de presa para abrazar totalmente una nueva como depredadora. Nada podría detenerla ahora.


Al cabo de lo que a ella le pareció una dulce eternidad, detuvo sus impactos y lanzó el bate lejos de ella. Se tumbó junto al cadáver de Lienzo, abrazándolo, llenándose el vestido de sangre.


“- Gracias… Muchas gracias.” 


Y, entre lágrimas de felicidad, se levantó y se marchó por el ascensor por el que vino. Cuando llegó a la planta baja, sonó un aviso por la megafonía del local.


“- Den la bienvenida a una nueva miembro al Club. Felicidades, April.”.


Todo el mundo se puso en pié, alabando la valentía que había mostrado al dejar suelta su parte más animal. Lo había hecho, como todos los demás allí presentes. Había acabado con la vida de otro, le había aplastado como si de un insecto se tratara. Y lo mejor de todo, nadie podría acusarle de homicidio, ya que todo era perfectamente legal.


En su mirada se cruzó el muchacho musculoso, y sin pensarlo dos veces se acercó a él, le besó apasionadamente, le metió la mano en su minúsculo atuendo y le susurró al oído “te voy a dejar seco”. Le agarró bruscamente del brazo y se fueron a uno de los cuartos reservados para el sexo libre y salvaje de los tantos que albergaba el establecimiento. Tenía un montón de nuevos sentimientos que celebrar.


Mientras tanto, en el cuarto de blancos azulejos, Rosita, la limpiadora del turno de noche, pasaba la manguera para quitar las manchas de sangre. El amasijo de carne, plasma y hueso que se encontraba a sus pies comenzó a moverse lentamente entre chasquidos, recuperando paulatinamente la forma humana que tuvo antes de la tremenda paliza que recibió.


Gemía de agonía al principio, para ir poco a poco recuperando la nitidez en sus palabras, expresando con blasfemias la tortura que suponía el proceso de regeneración. Cuando hubo completado la recuperación, se puso de pie delante de Rosita con los brazos extendidos.


“- Anda, Rosita, límpiame con la manguera de un momento, que tengo otra sesión en quince minutos.”


“- De verdad… sigo sin entender qué coño haces con tu vida. Mírate, podrías estar haciendo cualquier cosa… salvando al mundo. Eres inquebrantable, eres inmortal… ¿por qué malgastas tu don aquí?


“- Pues lo mismo que haces tú… es dinero fácil y rápido. Claro que podría ser un héroe, pero aquí cobro 1.500 dólares por sesión. Los buenos son pobres, y yo no quiero serlo. Mis vicios son caros, y prefiero poder pagarles a no poder permitírmelos. Puede que no tenga una vida honorable… pero el honor ni te alimenta, ni te viste, ni se esnifa.”


“- No, si tienes razón… pero si fueras mi hijo, me avergonzarías.”



“- Pues quédate a la siguiente sesión y tal vez cambies de opinión. La siguiente que tiene reserva es mi madre, podrás preguntarle qué piensa de esto.”




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